El estudio de la historia, en particular la historia de las relaciones internacionales, no es un fin en sí mismo. Al estudiar la historia, el hombre trata de aprender del pasado, a fin de evitar cometer los mismos errores en el futuro. Parece, entonces, que estamos continuamente rechazando las lecciones de la historia y seguimos con la ilusión de percibir lo que es deseable en vez de lo que es real. Si esto no fuera así, no se habrían firmado los humillantes protocolos entre Armenia y Turquía en Zúrich. Los protocolos que proporcionaron una sensación de alivio temporal, pero resultaron infructuosas y estériles.
Hace ahora noventa años, los armenios y los turcos estaban llevando a cabo negociaciones en la ciudad de Alexandropol (ahora Gyumri), tal vez las negociaciones más difíciles de nuestra breve historia política. Las negociaciones terminaron con la firma del Tratado de Alexandropol, el 3 de diciembre de 1920.
Haré un análisis comparativo del proceso de negociaciones, el estatuto jurídico del tratado en sí y su contenido en el siguiente artículo. Ahora, unas palabras sobre lo que llevó a la firma del tratado.
Por supuesto, la firma del Tratado de Alexandropol no fue un incidente aislado. En particular, fue consecuencia de la situación militar y política de Armenia después de los estragos causados por el levantamiento del mayo de 1920, la cada vez mayor cooperación bolchevique-kemalista, así como la inmensa brecha que se había formado entre el las autoridades de Armenia y el pueblo. Ya que la situación actual de Armenia en muchos aspectos es parecida a la del mayo a noviembre de 1920, me pareció útil discutir algunos puntos claves.
Una pregunta que siempre me ha molestado, como a muchas otras personas. ¿Cómo ha sido posible que, en casi la ausencia de un ejército, el pueblo armenio lograra derrotar o al menos proporcionar una defensa adecuada frente a las fuerzas otomanas en las batallas abiertas del mayo de 1918, y sólo dos años y medio más tarde, en septiembre-noviembre de 1920, con más armas, munición y soldados que en 1918, sufriera una derrota humillante a manos de los restos del mismo ejército otomano en la fortaleza bien abaluartada de Kars?
Cuando uno estudia los documentos, prensa y memorias de la época, una cosa queda clara: las raíces de la derrota se encuentran más en la moral que en lo político-militar. Por supuesto que se cometieron costosos errores en la organización de la defensa, hubo muchas circunstancias desfavorables, incluso casualidades. ¿A caso no hubo ninguno en mayo de 1918? ¡Por supuesto que hubo! Pero en mayo de 1918, el hombre y el soldado armenio estaban seguros de que el ejército otomano estaba avanzando hacia el sur del Cáucaso para terminar lo que había comenzado con el genocidio armenio. Por lo tanto, no había alternativas al enfrentamiento y la lucha contra el enemigo, la voluntad de lucha fue unánime en todo el pueblo. Y también, la verdadera razón de la victoria de la primera batalla en Artsaj (Karabaj) fue su característica propia del ser nacional, encaminada a la liberación y el hecho de que su esencia fue compartida entre la gente. Pero cuando uno echa una mirada a las circunstancias del septiembre a noviembre de 1920, se hace evidente que el soldado armenio simplemente se había negado a luchar y el hombre armenio no mostró resistencia alguna. El testimonio más revelador de este hecho son las bajas turcas. Según Kazim Karabekir, comandante del frente oriental de las fuerzas kemalistas, en el transcurso de tres días de batalla (desde el 31 de octubre al 2 de noviembre de 1920), incluida la toma de Kars, los turcos sólo dieron 9 bajas y 42 heridos. Esto es la realización de los eslóganes bolcheviques de que "los tiempos han cambiado", "estos turcos son diferentes". Y después de la retirada de los "nuevos turcos", las autoridades locales tuvieron que enterrar 4.386 cuerpos, el 90% de los cuales eran mujeres y niños, sólo en tres aldeas de Shirak (Ghaltaghchi, Aghboulagh y Barapol). Esto también fue una manifestación de la política de fraternidad hacia "los nuevos turcos" Lo más lamentable, es que hoy día se canta la misma canción, la historia de siempre, sólo que los bolcheviques financiados desde el exterior han sido sustituidos por numerosas organizaciones con ánimo de lucro y autoproclamados politólogos.
Como los bolcheviques no estaban seguros de la posible destrucción de la "Armenia imperialista", únicamente engañaron a los armenios rompiendo su espíritu de resistencia y combinaron todo ello con otras medidas de propaganda. A partir de mayo-junio de 1919, cuando Semyon Budyonny se reunió con Mustafa Kemal, los bolcheviques proporcionaron apoyo militar y material inmenso a los kemalistas bajo la influencia del sueño de una revolución mundial. Y esas relaciones profundizaron en especialmente con la firma de un tratado secreto de cooperación entre los kemalistas y los bolcheviques el 24 de agosto de 1920. Como cuestión de hecho, uno de los signatarios del tratado en nombre de la parte turca fue que el criminal de guerra, el ex ministro de Guerra del Imperio Otomano, Enver Pasha, algo que pone de manifiesto lo siguiente: si bien Kemal y Enver se despreciaban durante años, todos los turcos se encuentran en un terreno común en sus esfuerzos contra los armenios.
Inmediatamente después del tratado secreto del 24 de agosto de 1920, los bolcheviques transfirieron más de 200 kilogramos de oro y enorme arsenal a los kemalistas.
La asistencia militar es un hecho relativamente bien conocido, pero pocos son conscientes de que los bolcheviques apoyaron a los kemalistas directamente en la lucha dentro de sus filas contra la "Armenia imperialista". A finales de agosto de 1920, el primer destacamento de los bolcheviques (7.000 soldados), llegó a Karin (Erzurum). Poco tiempo después, otro destacamento de 10.000 hombres llegó para apoyar a los kemalistas. Considerando que el primer destacamento iba a participar en las acciones militares contra Armenia, el segundo fue para participar en el mantenimiento del frente de Mesopotamia, de modo que las fuerzas británicas estacionadas en el país no fueran capaces de atacar a los kemalistas de la parte posterior y vinieran a apoyar a Armenia.
En estas circunstancias, "abandonada por Gran Bretaña y Francia, traicionada por Rusia, debilitada a nivel interno y humillada militarmente, la delegación de la República de Armenia llegó a Alexandropol (Gyumri) el 24 de noviembre de 1920, con el fin de iniciar las negociaciones con los "nuevos", autoproclamados revolucionarios de Turquía.
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