27 jul 2011

TURQUÍA Y EL SUEÑO ARMENIO

Hoy día, los turcos hablan abiertamente sobre la reconstrucción del Imperio Otomano. Por supuesto, lo intentan presentar de otra forma pero la esencia no cambia. Y esto no es solo a nivel de declaraciones, sino que además existe una política fundamentada por el Estado que actualmente se está llevando a cabo. Si en su día Lenin aseguraba que el Imperio Ruso era una "cárcel de naciones", definitivamente podemos afirmar con toda seguridad que el Imperio Otomano fue un matadero de naciones. En este artículo me referiré a la restauración de ese matadero de naciones.


En el mundo, al menos en los últimos 500 años, no ha existido Estado alguno donde diferentes pueblos y religiones fueran objetos de persecución por parte del Estado, a nivel legislativo, sufrieran discriminación múltiple, masacres brutales y finalmente un genocidio sin precedentes.
¿Pueden ustedes imaginarse qué ocurriría si los alemanes empezasen a hablar sobre la recuperación del Tercer Reich y el impacto que tuvo en su día? Mientras tanto, nosotros hemos guardado y seguimos guardamos silencio sobre las declaraciones provenientes de Ankara, en lugar de protestar con todas nuestras fuerzas como víctimas y supervivientes del Genocidio que sufrimos por parte del Imperio Otomano y su sucesora, la República de Turquía.
Probablemente nuestra esperanza siempre ha sido esperar gratitud por parte de Turquía hacia nuestra actitud tan moderada. Dulce ingenuidad que caracterizaría a un país que no tiene ni idea de Turquía. ¿No es evidente que la restauración del Imperio Otomano significaría la destrucción de la República de Armenia?


Hace unos días, un estudiante hizo una pregunta sobre las futuras fronteras de Armenia al presidente Serzh Sarkisián y éste le dio una respuesta muy floja, generalizada y evasiva. Es más, realmente dijo que no tiene intención alguna de presentar reclamaciones a Turquía, ya que considera que la misión de su generación ha sido cumplida. No dijo que como presidente de Armenia hará todo lo posible para liberar los territorios de la República de Armenia ocupadas militarmente por parte de Turquía ilegalmente. Me refiero a territorios pertenecientes a la República de Armenia, no a la idea abstracta de tierras históricas.


Este incidente pasaría desapercibido si no fuese por el revuelo levantado por Turquía. ¿Cuál es el objetivo de Turquía en este caso? El fin es conseguir garantías por parte de la República de Armenia de no presentar reclamaciones territoriales a Turquía. Una vez casi lo consiguen con los Protocolos de Zúrich y ahora están intentándolo otra vez, menospreciando a Armenia en las instituciones internaciones. La actitud de Turquía es una manifestación del secretismo de los protocolos firmados. Muchos se preguntan qué necesidad tenía Turquía de firmar los protocolos y después no ratificarlos. Está claro que buscaban la humillación institucional  y pública de Armenia. La República de Turquía demostró al mundo que los políticos armenios están dispuestos a casi cualquier cosa, incluso a la renuncia.


Todo esto ocurre a nivel práctico, pero los objetivos subyacentes de Turquía son muy peligrosos. Los turcos quieren privar a Armenia de su derecho a soñar. Nos privaron casi de todo lo que teníamos y ahora quieren encarcelar nuestra alma y encadenar nuestra mente. Priven a calquier nación de su capacidad de soñar y dejará de ser nación, se convertirá en un mercado de consumo.


Incluso el sueño más imposible es la esencia del espíritu de una nación que le salva de la perdición.

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