25 jul 2010

EL DERECHO INTERNACIONAL NO PUEDE SER OBJETO DE SUBASTA

Fue absolutamente dentro de la ley para el más alto tribunal de las Naciones Unidas (Corte Internacional de Justicia),cuando el 22 de julio de 2010, falló que la declaración unilateral de independencia de Kosovo no violó la ley internacional. Fue legal, en primer lugar porque el derecho a solucionar los asuntos políticos propios a través de la libre determinación, está incluido en la Carta de las Naciones Unidas [Artículo 1 (2)] y es uno de los principales objetivos de la Organización. Se encuentra dentro de la ley ya que no hay establecida prescripción alguna sobre la declaración de independencia en el derecho internacional. Es decir, el derecho internacional no consiste en criterio alguno por el cual se reserva el derecho a la independencia para, por ejemplo, los serbios, georgianos o los tártaros del Cáucaso, pero ese mismo derecho se les niega a los albaneses, armenios o los osetios. Naturalmente, las declaraciones de independencia son siempre unilaterales. Cuando por ejemplo, Estados Unidos y la Federación Rusa declararon su independencia del Imperio Británico y la Unión Soviética respectivamente, lo hicieron sin por así decirlo, la aprobación de "las autoridades centrales". Otra cuestión es si  "las autoridades centrales" llegan a un acuerdo y aceptan con calma el hecho,sin frustraciones militares innecesarias, o si tratan de reprimir la voluntad de otros, derramando sangre.
La decisión de la Corte Internacional de Justicia de la ONU es alentadora en cuanto a la evolución de la democratización de la ley. La decisión demuestra que la clasificación de los pueblos independizados como reconocidos y no reconocidos, es incompatible con el pensamiento del siglo XXI.
La decisión también es alentadora cuando se trata como una solución democrática al conflicto del Alto Karabaj (Artsaj). Es decir, así como nadie tiene derecho a tomar decisiones en lugar de un individuo en una sociedad democrática, de manera similar en las relaciones internacionales actuales nadie tiene el derecho de tomar decisiones en lugar del individuo que forma parte de una sociedad organizada y democrática.

El derecho internacional no puede ser objeto de subasta en el siglo XXI. El derecho internacional no está a la venta como una torre de perforación de petróleo.

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